La eterna sonrisa de Poti se convirtió de repente en un gesto de incredulidad. - ¿De nuevo vas jugar a eso? Maese Crochets trataba de comprender la preocupación de Poti. - Ya sabes que no es peligroso. Crochets y el resto de maeses se
La eterna sonrisa de Poti se convirtió de repente en un gesto de incredulidad. - ¿De nuevo vas jugar a eso? Maese Crochets trataba de comprender la preocupación de Poti. - Ya sabes que no es peligroso. Crochets y el resto de maeses se